El hombre cuestiono el por que de las cosas,
El por que de la creación, de la muerte, del amor, del mar;
Y al preguntarse se hizo de respuestas, respuestas que dejaban poco a lo inexplicable,
Y las respuestas trajeron mas dudas y con las dudas dejaron de creer en lo que no podían comprobar.
Y de pronto un día cuando todo se vino en su contra, voltearon al cielo preguntando donde estaba el Dios que ayudaba.
Pero el se había cuestionado también sobre lo que había creado, y sus respuestas le trajeron dudas, y sus dudas lo llevaron a dejar de creer en lo que no podía comprender y termino olvidando casi a todos.
¡Menudo Zafio! Pensó el hombre,
¡Menudo fracaso!, no pudo dejar de pensar el de nosotros.
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