martes, 7 de septiembre de 2010

Germán El Desgraciado

Sufriendo la peor crisis de identidad a sus 25 años, Germán había pensado en cientos de formas para suicidarse, pensó en una bala en la sien, pero sabia que era un cobarde y el solo echo de empuñar un arma lo ponía nervioso, también planeo tirarse a las vías del tren rápido con tan mala suerte y planeación que llego a las vías cuando el tren ya había pasado, dicha situación lo deprimió mas aun y pensó, !Si seré estupido, ni puedo morirme como se debe, bien lo dijo el borracho de mi padre, soy tan desgraciado que ni la muerte es capaz de quererme.
Después del desgraciado y fallido plan German permaneció encerrado en su cuarto cuatro días, sin siquiera comer o salir a hacer sus necesidades, pensaba que tal ves el hambre lo mataría o por lo menos por muy desagradable y asqueroso que le pareciera el no ir al baño haría que le explotara una tripa abruptamente, matándolo al instante.
Pero ni la insistencia de su madre ni de su único amigo habían logrado sacarlo de allí, estaba demasiado disgustado con la vida, había aprendido a odiarla desde pequeño atribuyendo sus males primeramente a su padre que siempre que se alcoholizaba le propinaba severas golpizas para después al verlo llorar gritarle que era un marica, que nunca conseguiría nada en la vida y que se arrepentía de haberse tirado a su madre para que saliera el. Ya adolescente su desgracia había crecido cuando al estar jugando con una pelota en el patio trasero de su casa con tan buen tino y tan mala desgracia había acertado en una botella de vidrio que exploto rápidamente lanzando los fragmentos a su cara, dejándolo así con una fea marca junto a la boca, lo cual le provocaba un aspecto malévolo cuando por alguna razón osaba reírse.
Así que desde niño y gracias a las burlas de los vecinos había decidido no reírse, no hablar con nadie y limitarse solamente a leer, leía compulsivamente, primero lo hizo con todos los panfletos y publicidades del centro comercial y después con cada libro de la biblioteca publica, encontraba en las letras sentimientos que jamás había experimentado y eso en lugar de esperanzarlo, solo había logrado mas rabia en su interior. Por que otros podían hablar de amores, de risas, de viajes, de bellas damas acicaladas y de piernas perfectas.
El no conocía la felicidad, se repetía que jamás podría amar, pues el solo echo de acercarse a una chica le daba pavor, por que pensaba en su aspecto y surgían todas las dudas sembradas por su padre ¿Y si en verdad soy una mierda? ¿Y si en verdad la única mujer con la que tendré contacto será la fea muerte?
Esas cosas estupidas no son para mi se repetía constantemente, las mujeres buscan hombre rubios y bien portados, que jueguen y vayan a la universidad, que las lleven a pasear a la plaza y siempre sonrían ante sus padres, y yo por mucho que lo quiera no poseo nada de eso.
Así que germán vivía atormentado, fraguando constantemente formas para quitarse la vida, pero todas eran descartadas por su falta de valor, todas excepto la última; se le vino a la mente mientras estaba en su cuarto. Caminaría rumbo al bosque en la siguiente luna llena hasta llegar a la cascada, iría al punto mas alto y se tiraría con una piedra atada a la cintura, seria agónico pero no le disgustaba la idea de el agua metiéndosele en los pulmones, creía el que era la forma menos dolorosa y mas divertida en el proceso, seria, pensaba el, como aventarse de un trampolín. Todo estaba dicho, así que espero a la siguiente luna llena, dejo que su mama durmiera y brincando la verja de su casa comenzó a caminar rumbo al bosque, se sentía tranquilo y confiado de que todo saldría conforme el plan, lo único que lo disgustaba era el saber que provocaría angustia en su madre al no encontrarlo, y pensaba también en el dolor que le causaría cuando la policía del pueblo le diera aviso sobre su aparición días después entre las ramas viejas rió abajo, pero no había ya tiempo para debilidades ni niñerías se quitaría la vida, después de todo se repetía, a quien habría de importarle un desgraciado mas.
Cuando llego ala cascada todo parecía haber confabulado con su plan, la cascada no era estridente y había una perfecta luz de luna que le permitía ver lo que seria su destino entre la caída del agua y las rocas, pensaba germán que con suerte chocaría con alguna de ellas dejándolo así inconciente hasta que la muerte se apareciera e hiciera su trabajo. Después de meditar un poco, germán busco una roca de buen tamaño le ato un lado con la soga que traía consigo y con el otro lado se amarro la cintura fuertemente, echo esto se acerco a la pendiente de la cascada y grito! He aquí el final de un desgraciado mas, vida nada te debo pues nunca me ofreciste cosa alguna, muerte si has de venir por mi, aquí estoy entregándome a ti sin miedos!
Y germán cayo desde lo alto pesadamente, un roca lo golpeo en las costillas pero no lo hizo perder la conciencia entrando al agua con un dolor intenso que lo hizo aullar de dolor, la roca atada a su cintura empezó a hacer muy bien su tarea sumergiéndolo, germán podía sentir como sus pulmones tratan de jalar aire, como sus manos atendían el impulso cerebral de salir a flote, entonces cerro los ojos y espero su hora.
Pero de pronto sintió como una delgada mano lo retenía, sacándolo lentamente del agua, así que abrió los ojos y vio una mujer, tan blanca que lo deslumbraba sin cegarlo, era bella mas bella que cualquiera otra de las chicas del pueblo. Pero por que estaba allí a latas horas de la noche, ¿acaso lo había seguido? ¿Por que era amable y lo había salvado?
Cuando lograron salir del rió, germán noto que la noche se había vuelto negra y que la única luz provenía de esa mujer, la cascada había retomado su sonido natural y su dolor en las costillas había desaparecido, tenia muchas dudas pero no quería preguntarlas, se había quedado mudo ante la belleza y la amabilidad de la blanca dama.
Fue entonces que la mujer dijo: German, mi querido y desdichado germán, te he seguido hace mucho tiempo, llore tus desgracias, acompañándote en cada situación bochornosa, yo seque tus lagrimas cuando dormías, yo impedí que llegaras a tiempo para aventarte en las vías del tren, pues después de todo que tiene eso de romántico.
Yo te he amado desde que te vi, por que yo también he experimentado la soledad durante mucho tiempo, he sentido lo que es ofrecer luz pero no calor, por eso entendí tu sentimiento cuando veías a las parejas en los parques y sabias que su luz estaba pero no te reconfortaría ni un poco.
Pero ahora, nos tenemos uno al otro, ya no estarás solo, y yo seré feliz a tu lado, no deberás preocuparte por tu madre, ella sabrá de ti cada cierto tiempo y te aseguro que te vera como nunca te ha visto.
Dicho esto germán cerró los ojos y tuvo la confianza de que todo estaría bien.
Desde ese entonces la luna no esta jamás sola y su brillo ha inspirado a cientos de poetas y enamorados, y germán se deja ver cada mes, como una leve sonrisa al costado de su amada. Los humanos lo llamamos cuarto menguante.....
German había muerto al instante mismo de golpearse contra las rocas. Su cuerpo fue hallado días después y su madre siempre se sintió tranquila al ver la luna en cuarto menguante, su hijo su amado germán por fin sonreía.

No hay comentarios: