jueves, 25 de febrero de 2010

Relato de una llamada equivocada

Ayer sonó el teléfono llegadas la una de la madrugada,
- pensé que era alguna amiga muy querida
y hasta soñé que podía ser aquel amor viejo del que no logre despedirme-
Mas lo que escuche del otro lado de la bocina,
hizo que en mi espalda recorriera en sudor frió y pegajoso,
solo escuche una voz ronca que sin previa presentación dijo:

¿Es usted Eduardo Rojas?
Conteste: Si, ¿Por? (con un mucho de desconfianza)
Por que si - refuto autoritariamente- solo quiero informarle, que mañana a esta misma hora usted estará muerto.
Yo, con una risa, intente ocultar el nervio que tenía desde el primer repique, para valerosamente y con un tono subido, preguntarle quien demonios era, y amenazándolo, le dije estoicamente:
¡ Si esto es una broma, le juro por mi madre que he de dar aviso a sus padres jovencito!

Más solo recibí un silencio prolongado seguido de una respuesta que se torno muy seria:
Soy la muerte, y he querido darte la dicha de despedirte y hacer todo lo que te sea posible en veinticuatro horas.
No lo entiendo- le dije- ¿Por qué yo?, ¿Por qué ahora?
Nadie te pida que lo entiendas,-dijo- No es necesario, -¿Por que? - Por que soy inevitable y tu y todos los demás tendrán que rendir cuentas conmigo - ¿Por que ahora? -Por que se me ha pegado la gana,
¿Qué no han entendido que solo yo, ni Dios, ni la vida, si no exclusivamente yo, tengo las tijeras que cortan sus hilos?

-Y colgó- Sin despedirse, sin darme oportunidad de agradecer su “grandiosa oportunidad” o de menos (como todo mexicano criado entre la prole) de haber podido mentarle su madre- Si es que tiene-

Así pues, después de llorar por cinco minutos- que parecieron segundos- me incorpore de la cama y tomando papel y lápiz decidí hacer una lista rápida de lo que había de hacer en 22 horas;
La lista contenía entre otras tantas tareas:
        • Tomarme un tequila doble con limón- Para agarrar valor-
        • Hablarle a mis seres queridos y sin dar oportunidad a explicaciones decirles cuanto los amaba y cuan agradecido estaba por su cariño para conmigo,(para esto tuve que realizar una cuenta rápida, sobre los minutos que tendría que usar para llevar a cabo 30 o 40 llamadas) - recuerden que aquí el tiempo ya era un factor determinante, así que no podía esperar a que mi abuela o mi madre me hablaran de doña conchita la del pan o de la telenovela de las nueve-
         • Comerme un chocolate con menta
         • Tomarme un café bien cargado, acompañado de un malboro
         • Ir a buscar a todas las mujeres que me gustan y robarles un beso
         • Hablar por ultima vez con un perro
         • Darme un baño con agua fría y mientras, escuchar a Joaquín sabina
         • Prenderle fuego a toda la poesía que he hecho- para no lograr perpetuidad, y así no permitir que cualquier fulano perturbe a mis memorias-
         • Andar desnudo por mi casa- solo por mi casa, por que se debe tener pudor hasta cuando se lo va llevar a uno el carajo-

Y muchas cosas más, de esas que uno nunca hace y quiere realizar en el último momento (Entre ellas hacer ejercicio);


Lo cierto es que ya no contaba con 22 horas, pues dicha lista “rápida” me llevo 45 minutos y si agregamos 15 minutos para deliberar el orden en que la iba a llevar a cabo, me quedaron solo 21 horas, para hacer lo que por tonto no hice en veintitantos años.
Así que comencé por lo de las llamadas a mi gente- lo cual como imaginaran, no dio los resultados esperados- pues mi madre, efectivamente me hablo de la novela de la nueve, con lo cual conseguí (O consiguió) un sentimiento cruzado entre alivio y desazón, dado que me entere que el amor de Luís Francisco Pedro y Fernandina de Archiduque, ha conseguido triunfar sobre la mala leche de Don Romualdo; Y valla que cuando uno se entera de algo así, puede pues, morir tranquilo,¿O no?
Así que entre mi madre y los amigos que creían que estaba más bebido que el vagabundo de la esquina (Lo cual no he de refutarles, pues eran ya las cuatro de la mañana), se fueron dos horas mas.

Mi segunda tarea la había dispuesto yo al bañarme, pero dada la hora y el miedo a sufrir hipotermia, rehusé de la misma y decidí tomarme el café y fumarme el malboro, para así dejar que saliera un poco el sol y no sentir tan feo con lo del baño, pero resulta que el recabron sol no aparecía y el tiempo se consumía, por lo que salí a la tienda a comprarme el chocolate y en el trascurso pude matar a dos pájaros de un tiro- que irónico- pues me encontré a un perro de la calle al cual le dije dos o tres cosas, pero no por platicar si no por que vio en mi pie derecho la figura de un poste, y ya sabrán la gracia que hizo y los improperios a los que fue objeto, pero al final las tareas se cumplieron, ¿O no?.
Para esto eran ya los ocho de la mañana, el sol ya había asomado la cara y bien podía tomarme el baño así que corrí hacia mi casa- tarea que también estaba y que concientemente no tenia pensado llevar a cabo pero que realice, ya que- y como les decía llegue raudo y veloz a mi casa, me desnude y anduve por toda ella ( por la casa, aclarando) así que también sin querer cumplía otra tarea, y digo sin querer, por que ya en traje de Adán y disponiéndome a dar brinquitos para no sentir tanto frió, me di cuenta que no había agua, así que subí a revisar el deposito- nótese que seguía desnudo-
para con ello conseguir dos cosas:
Los gritos de las vecinas y no precisamente por  excitación y el no sacarle una sola gota de agua al deposito.
Así que resignadamente y después de casi media hora de exhibicionismo baje de la azotea desnudo y con un bonito bronceado rojo jesuschingadamadremequemoladermisepidermisyelhuesitopituitario.
Entonces pues, siendo ya casi las once de la mañana y sabiendo que el baño iba a resultar imposible, me vestí con la firme idea de cumplir la tarea de las muchachotas, y así fue, me lance como todo un Mauricio Garcés, pero dada mi condición –entiéndase color y olor- conseguí un raudal pero de carcajadas y una disminución a mi moral ya caída con la idea de la visita de la huesuda

Ya para esas horas (dos y media de la tarde) el hambre me mataba - Otra vez que irónico- así que me fui a comer al restauran japonés, que de japonés no tiene ni el arroz, pero si la forma de cobrar, por que lo hacen en yenes.
Para cuanto termine eran ya las tres y media y en lo que llegue a mi casa dieron las cuatro casi cinco, dispuesto ahora si a bañarme perdí una hora mas logrando que cayera agua, para después volver a quedar como Dios padre me trajo al mundo y entonces si bañarme y escuchar al Sabina, dicho y hecho esto, puse en el reproductor “Física y química” y escuchando “Peor para el sol” me quede dormido; Si, dormido.
Y usted querido lector se preguntara:
         ¿Quien demonios se duerme cuando sabe que le quedan solo seis hora de vida?
Pues yo me lo pregunte también cuando desperté y Sabina decía: nos dieron las diez y las once……
Por que efectivamente eran ya las diez de la noche y aun estaba yo sudoroso y con muchas tareas sin cumplir, así que descarte el llevarlas acabo, puesto que también como todo mexicano ya ni iba a alcanzar.
Pero eso si, la idea del baño no se descartaba, por que había que recibir a la calaca perfumadito y peinadito, mas cuando comenzó a nublarse y cayeron las primeras gotas de lluvia- recuérdese que el día había comenzado así- pensé seriamente en abandonar la idea del aseo personal por toda mi vida ( 3 horas).


A estas alturas los nervios ya me mataban, así que como no me había echado mi tequila, me dispuse a entregarme al mareo momentáneo, pero después del primer doble, vino otro y otro y otro hasta que logre ver fondo de cristal.
Y entonces si, después de tanto valor bebido, me dispuse a esperar una hora, solo una hora ya, para decir goodbay, arrivederchi, chau chau, me cargo el payaso, colgue los tenis, cargue las maletas, salgo con las botas por el frente,chupo faros o demas sinonimos que usted amable lector se imagine.
Y de pronto inesperadamente sonó el teléfono, y volví a sentir el mismo sudor frió, pero dado mi estado etílico, me arme de valor y conteste.


Bueno quien habla- Dije solo por compromiso
¿Eduardo Rojas? Dijo la voz ronca que reconocí al instante
Si, el mismo habla-conteste- y pensé: Todavía no es hora, ¿por que se adelanta, si en una hora puedo prender no solo la poesía que he escrito si no hasta la casa?, será que se canso de esperar.

¿Eduardo?-dijo- podría hacerme favor de darme su nombre completo.

Me llamo Cesar Eduardo Rojas Rocha, ¿Por?

Aquí ya notaba algo raro, sobre todo en el nerviosismo de su voz, por lo que no dude en increparla como ella lo hizo conmigo una noche antes.
Y no ha de dejar de sorprenderles lo que me contesto

Dijo- Mire estimado Cesar Eduardo, creo que hubo una confusión, es que usted debe entender que con esto de la tecnología, la caída de los sistemas, la caída de la bolsa, las declaraciones de Calderón, las de javiercito el Vasco Aguirre y además de que una anda luego pensando en la novela de las nueve, pues suceden pequeños errorsillos técnicos y humanos…..


Asi que no se preocupe, es afortunado, el que hoy muere es Oscar Eduardo Rojas, usted va a morirse hasta el 2015 y de suicidio…… Usted Disculpe.
Y colgó- Sin darme oportunidad de preguntar nada, ni siquiera de mentarle su madre-Por que si tiene amigos lectores-

Asi que después de todo pude descubrir que la pinche muerte también es mexicana.


(Estoy pensando seriamente en desconectar el teléfono, así cuando me busque de nuevo no le quedara mas que enviarme un e-mail que volvere cadena y asustare a incautos que creen todo aquello que por la blogosfera leen)

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