viernes, 19 de febrero de 2010

Impío Tercera parte

Esa noche la fiesta transcurrió entre chistes, bailes raros y pequeñas anécdotas nostálgicas que los abuelos contaron sobre el viejo mundo bueno; yo sentía un poco de nostalgia-lastima por ellos que solo tenían que imaginarlo cuando yo lo había vivido y tal ves por eso insistían tanto en que yo les relatara un poco de mi vida, pues para ellos era un sobreviviente del tiempo pero yo como tantas otras noches me negué a hacerlo diciéndoles que sabían que no me gustaba hablar de ello pues jamás los días volverían a ser los mismos, aun que internamente sabia que lo que me impedía querer recordar el pasado estaba ahora sentada a mi lado bebiendo sin vergüenza.



Por ello abandone el sitio de la fiesta llevándomela a ella con el pretexto de poder mostrarle personalmente el lugar donde dormiría, mas esa noche lo que menos hicimos fue dormir, pues basto con entrar a su dormitorio para así entregarnos ambos a las necesidades mundanas pero sublimes que le fueron implantadas a los seres humanos; la hice mía sin pensar en el mañana sin pensar en clases rangos o pecados que pudiéramos estar cometiendo, hundí mis garras en su espalda de ángel lamí su piel tersa bese sus labios de mármol y bebí de la fuente matemáticamente perfecta que siempre se formo entre sus pechos, pero no todo fue mi culpa, pues ella también se entrego a mi como se entregaban las mujeres de antes, con pasión, con un dulce dolor, pero sobre todo, con el amor que solo ella podría ofrecer a un pobre desterrado como yo, ambos fuimos cómplices hasta que la noche se volvió día y hasta que mi cuerpo desacostumbrado cedió ante el cansancio.
Cuando desperté ya no estaba a mi lado y por unos minutos pensé que de nuevo se había marchado, pero al salir del dormitorio me sorprendió verla conversando con varios de mis mejores guerreros y estrategas, al parecer ella les había explicado viejas tácticas que no creían posibles aun que ella insistiera en su efectividad.
Uno de los guerreros dándose cuenta de mi presencia se acerco a mi aun riendo diciéndome- Su novia esta loca de remate si cree que lo que nos dice puede llevarse acabo.
Justo cuando el termino de decir su palabras una furia inexplicable me hizo tomarlo del cuello exigiéndole no se expresara así de ella, puesto que lo que no sabían era que dichas tácticas en el pasado habían triunfado y que esa mujer que el consideraba loca, era también una sobreviviente como yo.
El guerrero me miro sorprendido y aun ruborizado pidió una disculpa tanto a mi como a ella, rogándonos le explicáramos tanto a el como a los demás un poco mas a fondo las cosas.











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