Al Abuelo

Fuiste mi abuelo veintiuno o veintidós años,
fuiste un amigo y cien maestros en uno,
fuiste hombre, sinónimo de responsabilidad,
de mano dura y corazón blando.
¿Y donde estas ahora Ciro?
Por que yo se que tus huesos y tu carne,
tus ojos nobles, tu pierna flaca, y tu cáncer en la garganta,
siguen debajo de la tierra desde aquel noviembre.

¿Pero tu alma Ciro?
Donde esta tu alma ahora,
donde tu risa,
donde tu entereza,
donde tu mano amiga,
tu consejo y sabiduría.
Eso no la pudimos enterrar por que no cabía contigo,
Enterramos contigo el reloj del tiempo,
tus zapatos cafés y tu feo saco a cuadros.
Y me vienen a decir que los muertos sobreviven con el recuerdo

¡Patrañas!


Yo con tu recuerdo no puedo jugar domino,
ni puedo comerme un tamal de azúcar.
Lo único que puedo hacer con tu recuerdo:
Es pensarte y escribirte y llorarte en seco cuando nadie me ve. 

Hay Ciro por que te moriste todito…