sábado, 5 de junio de 2010

C-El presidente y el vagabundo

Si señor presidente soy un vagabundo, una escoria, un peso pesado por llevar para la sociedad, pero si lo soy a usted no debería importarle, yo solo debo preocuparle cuando se encuentra en campaña o cuando es diciembre y tiene que aparecer junto a a mi abrazándome y toda la cosa solo para darme una cobija que pica y un plato caliente de agua, yo entiendo muy bien el papel que usted desempeña, es usted un vagabundo también, un vagabundo con un poco mas de dinero y eso lo hace creer superior a mi, pero permítame decirle que esta usted equivocado si se cree superior, pues usted tiene una mujer fea y flaca, antipática exigente y borracha, pero eso es lo que marcan las altas reglas y su mujer lo cumple a la perfección, yo por mi parte tengo una igual pero por diferentes situaciones, es fea por que no le quedo de otra, flaca de hambre y no de tanta coca aspirada, antipática y exigente por que que mas puede hacer una mujer que sobrevive con 10 pesos al día y es borracha supongo yo que para olvidar los golpes que le doy y que aseguro usted también proporciona a su excelentísima dama.
Si señor presidente usted y yo de pronto parecemos los mismos usted esta solo aun que tenga tanto mundo, tanto viaje, tanto par de zapatos de piel italiana y tanto guarura que lo protege de su mismo miedo, somos casi parecidos por que yo vivo entre la mierda declarada y usted lo hace en una mierda disfrazada de pasteles, mi única ventaja en este caso excelente señor presidente, es que yo tengo un montón de perros que quien sabe por que me siguen, pero me son fieles, no me traicionan, usted sabe de fidelidad señor, ¿usted acaso sabe lo que es no faltarle a lo que los padres inculcaron, a lo que el pueblo sueña, a lo que los hijos esperan?
Así que por favor señor presidente no tiene por que ser falso conmigo y sonreírme como si se sintiera de verdad sincero, sonría señor presidente, sonría para que mañana lo vean en los periódicos entre líneas que exalten que se preocupa por los pobres, sonría y luego vaya a su casa con su sueldo de 146,830.21 mensuales y déjeme a mi con mis 3 pesos en la bolsa, mi bachicha de cigarro, mi torito de coca con alcohol y mi fabulosa colcha de cuadros que pica, y esperemos con fe en Dios que ninguno de los dos muera pronto, usted con el corazón vació y yo con la panza sin una sola migaja dentro.
Así que no venga con su guiños cómplices, su sonrisas, su peinado perfectamente alineado, y sus palmaditas de consolación en la espalda, nada a de cambiar después de que se vaya ni para usted ni para mi.
Y si se pregunta como se tanto de usted, le puedo decir que yo en algún momento pensé ser como usted, por que desde niño soñé un día ser el presidente de México, y andar con mi banda presidencial y ponerme ese traje de soldado que a usted parece quedarle muy pero muy grande, yo soñé con llevarle al pueblo paz y hacer que la selección por fin ganara el mundial, pero eso se me olvido fácilmente su excelencia, se me olvido cuando 3 soldados mataron a mis padres, cuando otros 3 violaron a mis hermanas y a mi me patearon tan fuerte las costillas que aun hoy en día suelen dolerme cuando respiro.
Así que gracias mi señor presidente, gracias por su cobija, mis perros estarán felices de dormir en ella, usted por hoy a cumplido, su labor es complicada de eso no cabe duda, mire que andar engañándose hasta usted mismo no debe ser tarea sencilla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hay cesario ya no chingues neta ponte a hacer libros y a dedicarte a el diseño wey mira que de abogado tienes el espiritu pero tu razon te lleva a que aunque la profesion es noble el desempeño no lo es asi que dedicate a lo tuyo ,,, dicen que los humanos somos animales de costrumbre asi que te acostumbras a comer de algo y vivir de lo que quieres vivir ok,,, ijijij esta muy padre