jueves, 21 de julio de 2011

Carta de Julio

Mas allá de treinta y un días, o de mil ocho mil horas como sueles decirme,
mas allá de cada intento, de cada emoción vivida, de cada cuento que parezca verdad y de cada verdad que se maquilla como mentira, has llegado a ser parte de mis gestos, te has convertido en aquello que atrae a mi las sonrisas como un imán; Te has dado a la linda tarea de volverte indispensable y de volverme a mi en el esclavo mas contento por sentirse encarcelado.

Algunos dirán que no es posible esto que a nosotros nos pasa, que nadie puede ser eternamente feliz y algunos otros se pondrán fatalistas y envidiosos diciendo que ya vendrá el tiempo de las amargas, el tiempo de las oscuras, que deberíamos estar preparados, que deberíamos ser conscientes, pero sabes que, yo no confió en ello, pues quien siempre espera la guerra, tiene constantemente sus puños cerrados, y si algo he aprendido de ti, por que me has educado bien, es a mantener bien abierto mis brazos, me has enseñado que un silencio puede decir lo mismo que un poema, me has enseñado a amar tus pequeñas manías, tus pequeñas cosas ahora ya tan mías.

Por eso amarte, el que me permitas hacerlo, es para mi un premio, un regalo, algo que no se si sea merecido, pero si muy bien disfrutado, por que sabes bien, que si algo he sabido hacer, es sacarte todo el jugo posible, por ponerte un ejemplo, te he apretado a mi toda una noche solo para guardarme tu aroma dulce al día siguiente, o te he hecho el amor de cientos de formas posibles solo para comprobar que mi sexo fue hecho para ser con el tuyo confortado.

Eres mi centro y mi horizonte, mi mano, mi pluma, mi poesía,eres lo mas digno, puro y mejor que he tenido, por que mas allá de treinta y un días o dos años y tantos meses, haber encontrado en ti a mi alma gemela, es sencillamente la mejor de mis historias.

No hay comentarios: